LA ERA DE LA ENERGÍA FEMENINA

blogpost Mar 09, 2021

El nivel de consciencia colectivo está en constante expansión y elevación.

 

Estamos entrando a una nueva era. En la era pasada, las mujeres estaban tratando de compensar su “inferioridad” y demostrarse iguales de capaces que los hombres. Hubo un trend muy fuerte de mujeres canalizando en su totalidad la energía masculina, saliendo del hogar para trabajar, para obtener empleos tan exitosos como los de los hombres, ser empresarias, sacarse el aire 8, 10 o 12 horas al día. Entraron en full mode energía masculina: una energía muy activa, de producir, hacer, provocar, entrar, generar. Hubo un auge de mujeres “empoderadas”, que lo que hacían era demostrar a la humanidad que nosotras sí estamos aptas para todo lo que hacen los hombres y, lograron demostrarlo a través de su energía masculina. A su propia energía femenina la escondieron y la minimizaron, ya que había sido- por demasiados siglos- recriminada y etiquetada como inferior, limitada e inútil. En esta era se logró nivelar a las mujeres después de tanto tiempo, hasta llegaron a ser CEOs...pero algo andaba mal. Las mujeres no tenían tiempo para descansar, tenían demasiado trabajo profesional y responsabilidades en la casa. Muchas mujeres empezaron a sufrir cansancio crónico, pésima relación con la comida, desconexión sexual, condiciones de piel, caídas de pelo, dolores de espalda…

 

Hemos entrado en una nueva era, en la que se están conciliando las dos energías. La mujer se reconecta con su energía femenina: una energía más pasiva, abundante, de recibir, canalizar, conectar, incubar, reflexionar, expandir. Muchas mujeres se alinean con su energía femenina y encuentran profesiones que les permiten canalizar la abundancia del universo (es decir, tener éxito económico, desde la confianza y no desde el control) mientras que tienen flujo de creatividad, tiempos de recreación y descanso. Se permiten trabajar menos horas, o con más tranquilidad, en espacios más bonitos estéticamente y con más autocuidado. Muchas regresan a sus casas, sin la connotación de que estar en la casa es para amas de casas y que es inferior. La mujer se deja descansar, se deja imaginar, se deja meditar y canalizar su verdadero potencial. Armoniza esta energía con su propia energía masculina cuando tiene que producir y organizar, ya que también es una parte importante para seguir marchando adelante. Ahora vemos tantas mujeres conectando entre ellas, haciendo colaboraciones digitales, compartiendo, creando comunidad, inspirando.

 

La energía femenina une y abarca todo, mientras que la masculina separa y categoriza. Ninguna de las dos está mal, ambas son necesarias. Con la energía femenina presente, se rompe el esquema de competitividad y de división, se confía en que hay para todos. Los hombres también empiezan a conciliar con su energía femenina. Si bien para ellos prima la energía de producir y de actuar, se logran conectar también con el flujo pasivo y recibidor de la energía femenina. Muchos se dan cuenta que no es necesaria tanta competencia y tantas horas de trabajo, y reconectan con sus familias, comparten, descansan, inspiran.

 

En la energía masculina se logra el éxito a través de planes y de control (por lo que el potencial es limitado a las capacidades de esa persona). En la energía femenina se logra el éxito a través de la confianza y la canalización (por lo que el potencial es ilimitado, viene de la fuente). Repito, ambos son necesarios.

 

Si bien estamos entrando en una era conciliadora, muchas personas (hombres y mujeres) aún están en el capítulo anterior, probando al máximo la capacidad de su energía masculina y discriminando la energía femenina. En este caso es típico tener miedo a perder el control y a que las cosas salgan mal; es muy difícil confiar. Algunas personas están incluso en la era anterior a esta: mujeres sumisas, desempoderadas, inútiles, y hombres machistas, dominantes, divisores. Cada persona tiene su camino y su ciclo, cada uno tiene sus tiempos. Puedes estar jugando dentro tuyo entre las tres eras: hay días en que te sientes desplomada y con ganas de que alguien te salve, días en que quieres controlarlo todo, y días en que confías en la fuente y ejerces tus capacidades como un canal para que el río corra.

 

Visualízate en esta nueva era y sé un actor en ella.