POR QUÉ TIENES IMPULSOS Y DESEOS ARRASADORES - y cómo cambiar tu sistema de dopamina

blogpost Mar 09, 2021

¿Por qué no puedo resistirme a la tentación? ¿Cómo dejo de ser tan adicto a Instagram? ¿Por qué no puedo NO responder los mensajes a esa persona tóxica?

 

Veamos todo lo que ocurre en tu cerebro y cómo usarlo a tu favor.

 

El sistema de la recompensa

 

La dopamina es el neurotransmisor (mensajero químico del cerebro) encargado de la motivación, el deseo, o el “drive” por hacer las cosas (entre muchas otras funciones).

 

El cerebro libera dopamina cuando busca o percibe una recompensa, tal como ocurre el instante que te conectas con las redes sociales, cuando te dan ganas de un chocolate, de ver una serie o de tener actividad sexual.

 

La dopamina te moviliza hacia esa recompensa y, al rato que la obtienes, produces una cascada de endorfinas y serotonina- que te hacen sentir mucho placer. Esta retroalimentación positiva hace que asocies ese estímulo con placer, y que tu cerebro produzca más dopamina en el futuro para buscarlo.

 

Mientras más veces caes en esta secuencia, más adaptación o tolerancia química creas a la dopamina. Por ende, cada vez secretas un nivel más alto de dopamina y te entra más “ansiedad” por recibir esa recompensa.

 

Tus circuitos cerebrales te hacen sentir placer (endorfinas) ante las recompensas y las asocian como “buenas”, ya que es la manera en la que sobrevivimos como especie. Ten en cuenta que nuestros antepasados necesitaban alguna motivación para salir a cazar o a reproducirse y, así, sobrevivir. La naturaleza les dotó con el drive (dopamina) para llevar a cabo todo el esfuerzo que requería buscar la comida o la pareja, y con el placer de recibir su premio (endorfinas).

 

La dopamina conforma un sistema evolutivo, del cual no puedes huir, y del cual se ha aprovechado desmesuradamente la industria del consumismo moderno. Hoy en día, no nos motivamos a buscar comida y sexo simplemente para sobrevivir, sino que estamos constantemente expuestos a millones de estímulos de placer/recompensa, que nos han causado que vivamos en una sobredosis de dopamina constante.

 

La dopamina nos hace sentir “ansiosos” por buscar ese placer, es como una fuerza interna que te moviliza a él, y es muchas veces más fuerte que el placer en sí. Esto es, simplemente, porque tu cerebro NO produce más endorfinas cada vez que te comes el pastel de chocolate – produce las mismas, o menos, si es que ya te has aburrido de su sabor – pero SÍ produce más dopamina para que te muevas hacia él.

 

Tu cerebro solo quiere lo que es mejor para ti, ósea, sentir placer, ya que tiene asociado el placer con la supervivencia.

 

¿Cómo puedo cambiar o debilitar mi sistema de dopamina?

 

1. AYUNO DE DOPAMINA

 

Al evitar, deliberadamente, los estímulos de placer, entrenamos al cerebro a bajar la producción de dopamina. Por ejemplo, cuando te alejas por un tiempo de los chocolates, tu cerebro pierde poco a poco la conexión entre el chocolate y el placer (endorfinas). Ese sistema de dopamina (drive) se va debilitando por su falta de uso.

 

Luego, después del ayuno, cuando volvemos a involucrarnos con estos estimulantes, tenemos mayor capacidad de decidir si los desamos o no. Tienes frente a ti el chocolate, pero no la ola de dopamina que te arrastra hacia él. Puedes, libremente, decidir si quieres ese placer en este momento. Puedes también decidir si quieres de nuevo encender el sistema de dopamina asociado a ese estímulo. En conclusión, te libera en cierta medida de tus impulsos y te da más poder sobre tus acciones.

 

2. FACE-TO-FACE CON TU DOPAMINA

 

Otra opción es enfrentarte, voluntariamente, al estímulo, y ejercer estoicamente la fuerza de voluntad. Este sistema es mucho más difícil, pero más poderoso. Veamos qué ocurre.

 

Percibes el chocolate frente a ti y tu cerebro crea una cantidad grande de dopamina. Químicamente, todo tu cuerpo está listo para movilizarse al chocolate. Sin embargo, tú te abstienes de obtener el premio. Debido a que no se secretan inmediatamente las endorfinas (placer), sube la dopamina o drive por buscar chocolate: ¡tu cerebro quiere su recompensa! La dopamina llega a un pico en tu cerebro (¡máximo deseo!), que es químicamente insostenible por mucho tiempo. Si aguantas el pico, en unos minutos u horas (dependiendo de qué tan fortalecido esté el sistema chocolate en ti), baja la curva de dopamina.

 

Si te sometes a esto una y otra vez, tu cerebro va desasociando el chocolate con el placer inmediato, y la próxima vez que lo tienes al frente, produce menos dopamina. Es un desperdicio para tu cerebro crear dopamina si se da cuenta que no estás obteniendo la recompensa. Con la repetición, la curva de dopamina cae, y así, te ves liberado de esa tentación arrasadora. Aplica lo mismo para cualquier adicción: redes sociales, cigarrillo, café, etc.

 

3. CREA DOPAMINA PARA LO QUE QUIERES

 

Si eres más ambicioso, puedes empezar a crear sistemas de dopamina para los hábitos que quieres crear. Esto es una meta a mediano plazo, ya que te tomará una serie de repeticiones. Pon en frente a ti la actividad en la que deseas involucrarte, por ejemplo, levantarte todos los días a las 6:00 y estirar. En los primeros días, no sentirás mucho placer, más bien sentirás sueño y ganas de meterte a la cama. Es posible que sientas la recompensa más tarde en el día, cuando te sientas orgulloso por lo que hiciste, y tu cuerpo esté relajado, despierto y calmado. Sin embargo, como hay una separación de varias horas, tu cerebro no asocia el estiramiento matutino con esa recompensa. Tu cerebro no se da cuenta que ese premio vino por esa actividad.

 

Lo que debes hacer, es crearte un premio "falso" que venga inmediatamente después de la actividad. Imagínate como si fueras un cachorro que recibe una galleta cada vez que se sienta luego de tu comando "sit". En este caso, podrías darte un baño caliente justo luego del estiramiento, oler algo agradable, hacerte un batido de frutas, ver algo atractivo, etc. Sé creativo y trata de estimular tus cinco sentidos para que tu recompensa sea más efectiva.

 

Conforme pasen los días, puedes ir poco a poco quitando el "premio". Puedes dártelo pasando un día, luego una vez a la semana, y luego lo quitas por completo. Al final, solo te quedará el hábito creado, y toda la serie de beneficios que ese hábito te brindan para tu vida.

 

¡Espero que esto te haya gustado! ¡Cuéntame cómo te va!